LA AMPLIACION DEL MUSEO DE BELLAS ARTES DE ASTURIAS. OVIEDO.
La ampliación del museo de Bellas Artes de Oviedo que se está ejecutando, según proyecto del arquitecto P. Mangado, no solo afecta a los edificios vinculados actualmente al museo, es decir al Palacio de Velarde, edificio obra del prestigioso arquitecto Reguera, y al Palacio de los Portal, sino que se desarrolla en una de las manzanas edificadas más sensibles desde el punto de vista cultural de la ciudad de Oviedo, espacio declarado Conjunto Histórico, Bien de Interés Cultural, y Zona Monumental, desde mediados del siglo XX.
En todo caso los solares en los que se desarrolla la ampliación, según los diferentes estudios llevados a cabo, y los nuevos hallazgos arqueológicos, formalizan el germen histórico de la población, son inmediatos a la zona en la que se situaba la urbe palatina del reino astur, foco del arte prerrománico y suelo de alguno de sus ejemplos primigenios. Igualmente forman parte de la traza medieval de la “ciudad redonda”, y documentan los vestigios de la ciudad intramuros, situándose frente a la vivienda mas antigua de ella (Casa de la Rua, del Marqués de Santa Cruz del Marcenado), contextualizan la actividad promotora catedralicia, y finalmente, pero no menos importante, materializan la imagen histórica del lugar, y consolidan uno de los iconos visuales de Asturias: la actual plaza de la Catedral de Oviedo.
En noticia publicada en el periódico La Nueva España en julio de 2011, se mostraba una imagen inquietante de la ampliación del Bellas Artes, con una solución de cubierta cuestionable.
En noticia publicada en el periódico La Nueva España, el 29/08/11, se informa según EFE:
“El consejero de Cultura ha apuntado que, ante los problemas de financiación, sería más partidario de "un mal contenedor pero una buena colección que al revés"”
“El consejero de Cultura y Deportes, Emilio Marcos Vallaure, ha garantizado hoy que el Gobierno regional hará "todos los esfuerzos necesarios" para finalizar "lo mejor posible" las obras de ampliación del Museo de Bellas Artes.”
Sobran los comentarios. Podemos considerar que se trata de una reflexión muy peligrosa, ya que podría servir de argumento para acometer actuaciones superadas, propias de otras épocas, en las que se derribaban, o alteraban de forma importante, Bienes integrantes del patrimonio Cultural, por necesidades múltiples, pero de forma injustificable.
Por ejemplo, en aquella época, se pudo dar el caso de alterar un palacio del XVI, hasta eliminar sus elementos identificables, porque dificultaba la ubicación de unos muebles, entre los que destacaba un magnifico e interesante aparador del XIX, o porque sus pequeños vanos impedian la correcta implantación y gestión de los reposteros de la familia, entre los que sobresale un tapiz de la Real Fábrica, y de una colección de pianos de indudable interés.
Señores, ha de quedar claro, en ese lugar concreto en el que se desarrolla la ampliación del Museo de Bellas Artes, aceptando con cierto esfuerzo, la alteración del ámbito, no será admisible un mal contenedor, no es admisible una mala solución, no es admisible el deterioro de los valores culturales merecedores de protección, y aun menos lo es, si se argumentan motivos económicos. La solución arquitectónica debe de ser exquisita, en perfecto dialogo con las preexistencias y con su valioso entorno.
La colección que alberga el museo, con indudables valores culturales, está formada por Bienes muebles descontextualizados, y ellos no pueden servir de escusa para deteriorar la imagen de lo inmueble, máxime si ello formaliza el Patrimonio Cultural de Asturias, y si incluso posee un grado de protección elevado.
Está en peligro el patrimonio arquitectónico, el patrimonio cultural inmueble de todos los asturianos y de, a la postre, la humanidad.