Cuando sufrimos en España la terrible resaca ocasionada por los escesos del desmesurado proceso especulativo, y constructor, proceso en quiebra, en el que se se ha llevado a cabo un modelo destructivo, quizá innecesario y en ocasiones empobrecedor, debemos ya cuestionarnos que esa formula depredadora de lo edificado existente, justificada en un desarrollo alocado, sea aceptable y, o, provechosa. Mucho patrimonio arquitectonico se ha perdido en el camino sin sentido. El mal asola nuestras ciudades.
Es curioso que en estos momentos en Gijon se persista en el error de forma irreflexiva y continuada, presentando los derribos y demoliciones, parciales o totales, como la solucion "magica" y sorprendente, para los edificios protegidos por sus valores culturales y merecedores de tutela publica. Cuando en ocasiones se opta ademas por la construccion mimetica de la epidermis del inmueble en una falsificacion el caso de inconveniencia es mayusculo. Cito anteriores posts
En noticia de 10/09/2012 en el diario El Comercio, se nos informa del "vaciado" del edificio situado en el nº 17 de la Calle Capua de Gijon, sin darle mayor importancia al hecho destructivo, dandolo por normal, aunque añorando unas cuantas anecdotas vinculadas a una pension y a varios de sus usuarios futbolistas.
La noticia 'El Altillo' será derribado y convertido en un edificio de apartamentos turisticos , se subtitula "El inmueble que fuera hospedaje durante décadas de jóvenes promesas del Sporting conservará la fachada tras la reforma".
La noticia 'El Altillo' será derribado y convertido en un edificio de apartamentos turisticos , se subtitula "El inmueble que fuera hospedaje durante décadas de jóvenes promesas del Sporting conservará la fachada tras la reforma".
El Inmueble está definido en el Catáogo Urbanístico de Protección del Concejo de Gijon en
la ficha individualizada CENTE-CENT-A-063 sometido a proteccion ambiental
Según la citada ficha del catálogo en el inmueble es posible el incremento de 2 alturas, y la alteracion de la fachada con la apertura de puerta para garaje, y el rasgado de los huecos de planta baja. Podemos decir que el mantenimiento de la fachada será meramente testimonial, como cita de un pasado y soporte de la memoria colectiva. "El fachadismo" pervive.
Esperemos que durante el proceso de demolición interior, vaciado y obra, según las prácticas ya usuales, no se detecten en la fachada los misteriosos problemas de sustentacion, estructurales, o de similar naturaleza, que justifiquen la demolición de lo protegido. Hemos de preguntarnos porque en las actuaciones en los edificios protegidos casi solo se desarrrollan las practicas del fachadismo o la demolición total, y porque esta última tiene mas posibilidades de triunfar. Algo ha de cambiar.
Parece que, desde hace años, incapaces de crear nuevas zonas de ciudad, con calidades urbanas adecuadas y atractivos especiales, se sigue persistiendo en sistemas probadamente inadecuados que ocasionan pérdidas sistemáticas del Patrimonio Cultural urbano.
Mantener las fachadas de los inmuebles históricos como simples decorados falsos que esconden tras de si realidades edificatorias descontextualizadas, y viviendas tipologicamente muy poco asimilables, podemos entender que es una solución de compromiso en situaciones concretas, entendiendo que en tanto el único valor merecedor de protección del Bien es su imagen urbana exterior, la fachada y su volumetría, como parte de un conjunto ambiental. Desde el punto de vista de la Protección del Patrimonio Arquitectónico y Cultural, esta formula no se puede considerar una medida óptima, ni mucho menos.
Por otra parte este tipo de actuaciones fundamentan en ocasiones la justificacion del derribo total y una posterior construccion de una copia falsa de su aspecto exterior, en una reconstrucción mimética de difícil justificacion en la Protección del Patrimonio Cultural y Arquitectónico.
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